Hace unos años empecé a formarme como facilitadora y encontré un grupo maravilloso de personas dispuestas a cambiar conductas con las que no estaban cómodos y que eran aprendidas de nuestros abuelos y padres. Ya saben, cosas que normalizamos y que repetimos inconscientemente hasta que al fin decidimos hacernos cargo de ellas.
Recuerdo claramente una de las primeras lecciones: “deja de echarle ají a las cosas…”; el ají es delicioso en la comida pero daña en las relaciones … ¿Qué quiero decir? Deja de Asumir, Juzgar e Interpretar.
Vamos por la vida creyendo que las personas están enojadas, juzgando su comportamiento sin conocerlas o asumiendo cosas que no tienen que ver con nosotros..
Asumimos todo el tiempo en el trabajo , en la casa o con amigos; no se si les resultan familiares frases como: le caigo mal, no entiendo por qué me ha puesto el ojo o seguro está enojado conmigo.
Gastamos nuestra energía en juzgar a los demás en lugar de ver errores propios, emitimos un juicio u opinamos sin tener elementos suficientes: ese niño es terrible, esa persona no es confiable, ese chico es peligroso… damos juicios de valor como visten, miran o actúan.
Y como si eso no fuera poco lo que no sabemos lo interpretamos; vemos a alguien en la calle y si no nos saluda, lo primero que hacemos es contar que fulanita nos ignoró, que pasó de largo, que ni nos miró… sin pensar que esa persona quizás tenía puestos sus audífonos, conversaba con alguien o simplemente estaba despistada.
Ahora se preguntarán: ¿Cómo dejar de echarle AJI a las cosas? Primero hay que ser conscientes de que asumimos, juzgamos, interpretamos y hay que querer cambiar. La clave es preguntar en lugar de asumir, averiguar en lugar de juzgar, y repreguntar si es necesario y no interpretar.
La mayor parte de peleas ocurren en nuestra cabeza imaginando cosas que no suceden o inventando partes de una historia que no conocemos. Cambiar los pensamientos que nos limitan es una tarea que necesita calma y autocontrol para evitar actuar en automático.
En ocasiones las mejores cosas, las mejores personas, se disfrazan con corazas que despistan, por eso es necesario tomarse el tiempo y conocer sin prejuicios y con el corazón abierto.